Hace 4.500 años, las ciudades sumerias de Lagash y Umma se enfrentaron
en una guerra que duró más de un siglo, la primera de la que tenemos
testimonios escritos.
Ubicación de las ciudades de Umma y Lagash |
Ciudad de Lagash |
Lagash en la actualidad |
Urukagina se sentía acosado. Lagash, su reino, atravesaba por graves
dificultades económicas, con una buena parte de su población tan
endeudada que no había tenido más remedio que malvenderse a sus
acreedores.
Niños y adolescentes eran forzados a abandonar a sus
familias para prestar sus servicios en haciendas de extraños, mientras
que sus progenitores trabajaban duramente con la certeza de no poder
satisfacer más que los intereses de una deuda inmensa: un panorama
desolador al que ahora, otra vez, se sumaba la antigua guerra contra la
vecina ciudad de Umma. Urukagina, como todos los ciudadanos de Lagash,
conocía bien una vieja historia que se había transmitido a través de
varias generaciones.
Lagash y Umma eran dos de las principales
ciudades-estado del país de Sumer. Estos reinos se organizaban en torno a
una gran capital, bajo cuya jurisdicción e influencia se hallaban otras
poblaciones junto con sus campos, zonas de pasto y canales de regadío.
Las ciudades-estado sumerias se concentraban en el sur de Mesopotamia,
allí donde confluyen los ríos Tigris y Éufrates. Se trataba de una
región agrícola extraordinariamente productiva, más, incluso, que el
Egipto de la época. Algunas zonas eran especialmente codiciadas por su
fertilidad, y entre ellas destacaba la gran llanura del Guedenna, la
zona fronteriza entre Lagash y Umma, separadas por unos sesenta
kilómetros.
Los comienzos de la guerra
La lucha entre estas dos
ciudades-estado por el control del Guedenna se remontaba a tiempos muy
lejanos. Las historias que desde niño había oído Urukagina, escritas en
tablillas de arcilla y en otros objetos depositados en el templo de
Ningirsu, el dios tutelar de Lagash, hablaban de un antiquísimo acuerdo
por el que Umma podía cultivar parte de los campos del Guedenna a cambio
de satisfacer un elevado tributo a Lagash. Esas historias decían que
Enlil, la divinidad suprema del panteón sumerio, el padre de todos los
dioses, había delimitado la frontera entre Lagash, dominio de Ningirsu, y
Umma, el reino del dios Shara, pues era bajo la forma de
enfrentamientos entre los dioses como se explicaban entonces los
conflictos entre estados.
Las antiguas historias afirmaban también
que Mesilim, el legendario rey de Kish, había mediado en el conflicto.
Siguiendo a su vez la inspiración divina, actuó a modo de árbitro: tras
efectuar las correspondientes mediciones, erigió una estela que marcaba
la frontera entre las posesiones de ambos dioses.
Los límites
fijados por Mesilim fueron respetados hasta los tiempos de Ur-Nanshe,
fundador de la I dinastía de Lagash. El poder e influencia que entonces
alcanzó Lagash en el sur de Mesopotamia debieron de ser muy
considerables, y contra él se alzó la primera alianza de ciudades-estado
de la que tenemos noticia. Umma consiguió que se le unieran el reino de
Ur y probablemente también Uruk. Según todos los indicios, Lagash
derrotó a Umma y capturó a su monarca y a diversos altos oficiales del
ejército enemigo. A todos ellos los mató Ur-Nanshe sin piedad y, según
sus propias palabras, «elevó túmulos funerarios» con sus cadáveres. Pero
la derrota de la coalición no fue completa: nada dice Ur-Nanshe en sus
inscripciones de la captura del rey de Ur, por lo que es de suponer que
éste no sufrió una derrota fatal como la del soberano de Umma.
Estatua de Ningirsu |
Enlil con su esposa Ninlil |
Inscripción en sumerio e la que se lee «Ur-Nanshe, hijo de Gunidu, para Ningirsu». |
Eannatum, el hijo de los dioses
A pesar de su fracaso, Umma
no tardó en rehacerse. Recuperada de su humillación, y bajo el liderazgo
de un nuevo rey, Ush, invadió la llanura del Guedenna y se apoderó de
sus campos. La ocupación sólo terminó cuando Eannatum I subió al trono
de Lagash. Las proezas bélicas de este rey nos han llegado sobre todo a
través de una importante inscripción: la Estela de los Buitres.
En ella se narra la historia del enfrentamiento entre ambas ciudades y
se explica en clave religiosa cómo el nuevo soberano de Lagash recuperó
la fértil llanura. Según cuenta la Estela, Ningirsu, el dios de
Lagash, enfadado por la hostilidad de Umma, engendró al gigante
Eannatum, a quien amamantó la diosa Ninurshag. Una noche, al hacerse
mayor, Eannatum soñó con el dios Ningirsu, quien le anunció una victoria
segura sobre su secular enemigo, asegurándole que «millares de
cadáveres enemigos alcanzarían la base del cielo». Estimulado por esta
visión, Eannatum se enfrentó al rey de Umma en dos batallas consecutivas
y, aunque fue herido durante la contienda –recibió un flechazo–, logró
derrotar a su contrincante, restablecer el honor de Lagash y recuperar
la llanura en litigio. Como había hecho Ur-Nanshe años atrás, amontonó
los cuerpos de los vencidos formando una veintena de túmulos,
sobrecogedor testimonio de su triunfo.
Esta vez, no obstante, el
soberano enemigo no murió en el campo de batalla: fue hecho prisionero y
obligado a pronunciar una serie de humillantes juramentos ante varios
dioses. El vencido rey de Umma se comprometía a usar los campos de la
llanura sólo a cambio de entregar el correspondiente tributo de grano en
concepto de arrendamiento; tendría, además, que respetar la frontera
establecida, señalada por estelas que marcaban los límites, y no podría
desviar el curso de los canales de irrigación. En conmemoración de tan
brillante victoria, Eannatum erigió la Estela de los Buitres.
El monarca no sólo venció a Umma y recuperó el Guedenna, sino que además
extendió su autoridad e influencia por toda Sumer, hasta llegar a
tierras muy lejanas. Con él, Lagash se convirtió en una gran potencia,
temida y respetada en los países surcados por el Tigris y el Éufrates.
Eannatum |
Eannatum fue un rey de la ciudad sumeria de Lagash que vivió hacia el siglo XXV a. C. (período Dinástico Arcaico). Fue sucesor de Akurgal y sucedido por su hermano, Enannatum I. Estableció uno de los primeros imperios de la historia de la humanidad.
La Estela de los Buitres, que relata la victoria de Eannatum de Lagash sobre Umma. Hacia 2450 a.C. |
La venganza de Umma
Enannatum I fue un rey de la ciudad sumeria de Lagash que vivió hacia el siglo XXV a. C. (período Dinástico Arcaico). Fue sucesor de Eannatum y sucedido por su hijo, Enmetena.
Durante su reinado Umma se rebeló una vez más, esta vez bajo el reinado de Urlumma.
Es posible que Enannatum I falleciese durante esta guerra, si bien la
situación se resolvió de forma favorable a Lagash durante el reinado de
su hijo.
Eannatum fue sucedido por su hermano
Enannatum I, y con él regresaron los problemas. El soberano de Umma,
lejos de cumplir con el juramento realizado ante los dioses, rehusó
pagar los tributos debidos a Lagash por el uso del Guedenna, hasta el
punto de adeudar una exorbitante cantidad de grano. Y no sólo eso. Según
se refiere en una tablilla, privó de agua los canales, arrancó y quemó
las estelas que señalaban la frontera y destruyó santuarios de los
dioses de Lagash. Enannatum no tuvo más remedio que enfrentarse a Umma,
pero esta vez las cosas no terminaron bien para el rey de Lagash:
Enannatum fue herido, quizás incluso mortalmente, y tuvo que ser su hijo
Enmetena quien derrotara y matara finalmente al monarca enemigo.
En
los años siguientes, mientras Lagash y Umma dedicaban su atención al
conflicto que las oponía, fue creciendo un nuevo poder: el reino de
Uruk. Al tiempo que esta potencia emergente consolidaba su autoridad y
estrechaba lazos con Umma, la I dinastía de Lagash tocaba a su fin. A
Urukagina (o Uruinimgina), su último soberano, lo precedieron reyes que
habían roto la sucesión dinástica, que descansaba en los lazos de
sangre; él mismo había subido al trono de forma ilegítima.
Enmetena, hijo de Enannatum I |
El final de los abusos
La posición de Urukagina no era
envidiable. A la crisis dinástica y los problemas con Umma y sus aliados
se añadía una situación social explosiva, con una población endeudada y
empobrecida. A ello respondió el monarca con la promulgación de una
serie de medidas que, con toda justicia, han de ser consideradas como el
primer edicto de reforma social de la historia. Por una parte, decretó
una serie de medidas administrativas para poner coto a los abusos de
poder cometidos por la familia real y por sus funcionarios sobre la
población o los sacerdotes; por otra parte, proclamó la condonación de
deudas para todos los ciudadanos privados de libertad por esa causa.
En
realidad, las reformas de Urukagina no fueron sino el último intento
por conservar un modelo político y social, el de la ciudad-estado, que
se desintegraba irremisiblemente. La existencia de redes comerciales que
cada vez abarcaban mayores territorios, así como la interdependencia
creciente de todos los sistemas de irrigación vinculados a los ríos
Tigris y Éufrates, requerían la colaboración entre comunidades y la
concentración de fuerzas. Fue así como Uruk y Umma encontraron en
Lugalzagesi al caudillo que tanto temía Urukagina. A pesar de su
resistencia, Lugalzagesi invadió finalmente Lagash, destruyó sus
santuarios y arrasó buena parte de su territorio. Las imprecaciones que
contra él lanzó Urukagina fueron vanas: «¡El hombre de Umma, puesto que
ha destruido Lagash, ha pecado contra Ningirsu! La mano que ha llevado
contra él será cortada». Urukagina fue derrotado y, aunque sobrevivió al
ataque, vio reducido su reino a los confines de la ciudad de Girsu. Por
su parte, Lugalzagesi, maldecido por Urukagina, no tardó en encontrar
también su final. Cuando estaba en la cumbre de su poder y era dueño de
Ur, Larsa, Umma, Nippur y Lagash, controlando de este modo todo el país
de Sumer, se alzó frente a él un hombre aún más poderoso: Sargón, señor
de Acad. Lugalzagesi, derrotado por las tropas del soberano acadio, fue
exhibido desnudo y atado a las puertas del templo de Enlil, certificando
con ello el final de la época gloriosa de la ciudad-estado y el
advenimiento de un mundo nuevo, el de los imperios, que tuvo en Sargón a
su primer abanderado.
Lugalzagesi |
Busto de un gobernante acadio, probablemente Sargón |
Fuentes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Eannatum
http://www.nationalgeographic.com.es/articulo/historia/grandes_reportajes/7285/sumer_primera_guerra_historia.html